Economía básica de la inmigración irregular en Costa Rica

15-Abril-2025          

           Dado que actualmente la inmigración se ha convertido en la excusa perfecta para todo tipo de juegos políticos a costa de las personas que no tienen responsabilidad alguna, es necesario examinar la dinámica económica subyacente de este proceso. Es bien sabido que, en la historia de la humanidad se han dado grandes migraciones y estas han dependido de la necesidad básica por sobrevivir, obligando a desplazarse a cada quién hacia donde están los recursos disponibles. Paralelo a esto, desde aproximadamente hace 105 años ha surgido la llamada migración "ilegal", que no es más que un invento legalizado para exprimir a quienes no tienen más opción que viajar. La inmigración de personas indocumentadas no es ni un problema de seguridad nacional, ni un accidente demográfico, ni una amenaza cultural: es, ante todo, un NEGOCIO REDONDO.

El punto de partida fundamental siempre debe ser este: la inmigración, particularmente la denominada “inmigración económica”, compuesta por personas que huyen de la pobreza, la guerra o la violencia criminal, opera como un subsidio para los empleadores. Cualquier análisis que no entienda claramente esto, es simplista o totalmente equivocado.

En Costa Rica, la entrada de personas migrantes ha estado marcada por los intereses del poder económico. Desde la década de 1870 y cada vez con mayor fuerza, los grandes patronos han decidido quién puede entrar al país según sus propias necesidades. Cuando les conviene, abren las puertas; cuando no, las cierran. Esta política migratoria ha favorecido a unos pocos y ha ignorado los derechos de las personas trabajadoras, sean costarricenses o migrantes.

Los inmigrantes, especialmente aquellos que se encuentran en situación irregular, es decir, “indocumentados” o en espera de regularización, están en una posición de vulnerabilidad extrema. Esta condición, sumado a la incertidumbre respecto a su estatus legal los coloca en una máxima dependencia respecto a sus jefes, quienes pueden aprovecharse para imponer condiciones laborales abusivas y explotadoras, sin temor a las repercusiones legales. Este fenómeno no es incidental, sino estructural: la falta de derechos laborales efectivos y el miedo a la deportación impiden que muchos trabajadores migrantes accedan a la justicia.

En términos relacionales, el migrante en situación irregular carece de poder frente a su patrón. Los jefes tiene mucha más información comprometedora sobre el empleado, de lo que el empleado podría tener sobre los jefes, estos últimos lo saben y tomán ventaja.

Este fenómeno se traduce en un subsidio directo y continuo a los grandes empleadores, que dependen de la migración económica como fuente de mano de obra barata y flexible. Estos patronos se ahorran costos laborales significativos al pagar menos del salario mínimo, no cubrir cargas sociales o no respetar jornadas, ni derechos. Esta diferencia entre lo que se paga y lo que legalmente correspondería, es capturada como ganancia directa por el jefe, sin intermediación, mientras que el trabajador migrante, usualmente no tiene capacidad de negociación por su condición irregular.

En Justicia Migrante, no creemos en cuentos de hadas. Sabemos que la estructura política crea sus propios chivos expiatorios y quienes gobiernan prefieren criminalizar la pobreza, que combatirla. Somos una firma legal que ofrece servicios jurídicos a bajo costo, nos especializamos en la defensa de los derechos de la población migrante en Costa Rica, con una alta exigencia: la dignidad.

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¿Pagan impuestos los inmigrantes en Costa Rica?